El sábado 21 de septiembre del 2024 se conmemora con la “Bajada de la Reina de la Paz”, el 237 aniversario del “Milagro Patente”, cuando la Reina de la Paz intercedió para que la lava del volcán Chaparrastique, no destruyera la ciudad, en una de sus más temibles erupciones.
En la comunidad Cristo Rey de Amate La Cruz, ermita desde donde sale la procesión, la conmemoración inicia desde el 20 de septiembre, rezo del Santo Rosario a las 6 p.m., tema a las 8:20 de la noche y Santa Misa a las 10 p.m., entre otras actividades como animación.
El 21 de septiembre, en la ermita de la comunidad Amate La Cruz, a la 1 p.m. se celebrará Santa Misa, para reconocer, recordar y dar gracias, por el gran milagro, obrado por intercesión de Nuestra Señora Reina de la Paz.
Posteriormente, la procesión desde El Amate La Cruz hacia Catedral Basílica, finalizando con la Eucaristía presidida por Monseñor Fabio Reinaldo Colindres, obispo de la diócesis de San Miguel y concelebrada por sacerdotes.
“El pueblo salvadoreño y especialmente el migueleño juró que cada 21 de septiembre daría gracias a Dios, por la poderosa intervención de la Madre del Señor, quien poniendo su mano amorosa sobre el volcán Chaparrastique, detuvo la lava que amenazaba con destruir la ciudad”, recuerda Monseñor Fabio Colindres, en un video mensaje.
Historia
El Milagro Patente
El 21 de septiembre de 1787, siendo cura párroco de San Miguel el Pbro. Julián Felipe Zelaya, el volcán Chaparrastique hizo una de sus más grandes erupciones amenazando con destruir la ciudad. Los vecinos decidieron en clamor popular sacar la imagen de Nuestra Señora de la Paz a la puerta principal de la Iglesia parroquial.
Inmediatamente después de colocarla con la mirada hacia el cráter del volcán, la lava tomó el rumbo sur, cubriendo extensas tierras fértiles y gran parte de la laguna El Jocotal, que casi desapareció al ser cubierta por las rocas candentes.
Al desaparecer el peligro se pudo ver claramente una palma formada por blancas nubes de ceniza mezcladas con fuego, las cuales salían del furioso cráter. Los vecinos interpretaron este hecho como señal de que había llegado la paz a la ciudad.
A este evidente milagro obtenido por intercesión de Nuestra Señora de la Paz y la fe de aquellos cristianos, se le llamo “el milagro patente”.
Agradecido, el pueblo migueleño prometió en ese momento guardar devoción perpetua a la Virgen de la Paz y colocó en su bella imagen una palma que simboliza la Paz.
En el momento de realizarse el milagro no estaba el cura párroco en la ciudad, sólo el vicario cura interino Pbro. Féliz José Rodríguez de Palacios y los coadjutores. P. Antonio Díaz del Castillo y P. José Antonio Lacayo, quienes acompañaron al pueblo ante tales sucesos.
“Ya no baja lava del volcán, sino la virgen“
El pueblo católico muy agradecido por el portentoso milagro, prometió guardar veneración perpetua a la Virgen María en la advocación “Reina de la Paz”. Por tal motivo, se celebra desde el 21 de septiembre de 1787, un Triduo Eucarístico Mariano.
En un principio este triduo, no incluía procesión de la Virgen, pero pronto se fue fomentando la costumbre de sacar la imagen de la antigua iglesia parroquial, para recorrer las principales calles del centro histórico de San Miguel de la Frontera.
Así quedó establecida la costumbre de realizar dos procesiones, una el 21 de septiembre para recordar el gran Milagro y la otra el 21 de noviembre para hacer memoria de la llegada de la Virgen a San Miguel.
Hacia la década de los 40´s, la entrada de la Virgen del 21 de septiembre ya no salió del sector conocido como “La Curruncha” (ahora Colonia Milagro de la Paz), los fieles que vivían en el cantón San Andrés, asentado en Las faldas del volcán Chaparrastique, solicitaron la imagen para bajar en procesión.
La gente decía “ya no baja lava del volcán, sino la virgen” de ahí comenzó a darse el nombre de “bajada” a la procesión del 21 de septiembre.
En 1950 el padre Oscar Arnulfo Romero comenzó a darles participación en la bajada a todos los cantones y caseríos de la falda del volcán, llevándose la imagen un mes antes del 21 de septiembre para realizar visitas misioneras con la Virgen en todas las comunidades.
En 1960, el padre Romero, hoy San Oscar Arnulfo Romero, organizó las entradas de barrios y colonias de la ciudad, que en la actualidad ha tenido que extenderse, por el crecimiento poblacional de San Miguel.
237 años del Milagro Patente