
El trabajo de la Pastoral Vocacional de la diócesis de San Miguel continúa su firme labor de acompañar a los jóvenes en el discernimiento de su vocación, como parte de su compromiso con la formación integral y el fortalecimiento de una cultura vocacional en cada rincón de la Iglesia particular.
En el marco del Año Jubilar y del camino pastoral trazado en la diócesis de San Miguel, la Pastoral Vocacional se posiciona como uno de los ejes fundamentales para el discernimiento y acompañamiento de los jóvenes que sienten el llamado de Dios.

El Presbítero David Guerra, encargado de la Pastoral Vocacional diocesana, comparte la visión amplia, formativa y profundamente pastoral del trabajo que se está realizando en este 2025.
La Pastoral Vocacional diocesana está conformada por un equipo que acompaña con dedicación cada una de las actividades pastorales. Está liderada por el Presbítero David Guerra, y la integran los seminaristas David Josué López Santiago, Alejandro Antonio Marín Granados, Santiago Alfredo De la O Hernández, René Marcelo Flores Hernández y Josué Antonio Cruz Martínez. Asimismo, colaboran activamente los esposos Orlando y Milagro de Rivas, testigos de la vocación conyugal, junto a la hermana Reina Rosa.
Una pastoral que da vida a toda la evangelización

“El servicio vocacional ha de ser visto como el alma de toda la evangelización y de toda la pastoral de la Iglesia”, afirma el padre Guerra, al explicar que esta dimensión no es una más dentro de la estructura diocesana, sino el horizonte mismo de toda acción eclesial.
Inspirados en el nuevo Plan Pastoral Diocesano, la vocación se entiende como un proceso amplio que acompaña a los jóvenes a descubrir su llamado concreto, ya sea al sacerdocio, a la vida consagrada, soltería o al matrimonio.
La diócesis ha desarrollado dos herramientas principales: convivencias vocacionales y asambleas vocacionales vicariales, estos son espacios vivos para el discernimiento.
Las convivencias vocacionales están dirigidas exclusivamente a varones con inquietud hacia el sacerdocio ministerial. “Se desarrollan en el Seminario Menor San Miguel Arcángel con momentos de oración, reflexión, trabajos grupales y formación comunitaria”, explicó el sacerdote. Estos encuentros permiten acompañar, orientar y profundizar la experiencia vocacional en un ambiente de escucha y silencio interior.
Por su parte, las asambleas vocacionales están abiertas a todos los jóvenes y niños de grupos parroquiales, incluyendo monaguillos y pastoral juvenil, estas son mixtas, para caballeros y señoritas. “En las asambleas participan también religiosas con carismas diversos, así como matrimonios que dan testimonio de su vocación conyugal”, añadió el padre Guerra. Son espacios para presentar la riqueza de las vocaciones dentro de la Iglesia, donde la promoción vocacional se da desde múltiples ángulos.
Las asambleas vocacionales han permitido generar un espacio eclesial para niños, adolescentes y jóvenes, en el que se promueven todas las vocaciones, incluyendo la matrimonial y la vida religiosa femenina. La primera asamblea de este año tuvo lugar el sábado 29 de marzo en la Parroquia Nuestra Señora de Candelaria, en Moncagua, con participación de todas las parroquias de la Vicaría Divino Salvador del Mundo.
Posteriormente, el 3 de mayo, se celebró en la Vicaría San Miguel Arcángel, en la Parroquia San Miguel Arcángel de Colonia El Tesoro. La tercera fue el 31 de mayo en la Vicaría Reina de la Paz, teniendo como sede la Parroquia Santísima Trinidad de Ciudad Pacífica, con la finalidad de acercar el discernimiento vocacional a todos los jóvenes de la diócesis, atendiéndolos por vicaría.
Un plan con pilares sólidos: teología y cultura vocacional

El Plan Vocacional Diocesano, aprobado e impulsado por el obispo y el equipo diocesano, se sostiene en dos pilares: la teología de la vocación y la cultura vocacional. El primero recoge el fundamento magisterial sobre el llamado de Dios en la vida de cada bautizado, mientras que el segundo busca impregnar todo el tejido eclesial con una sensibilidad vocacional profunda.
“El objetivo es que todos —familias, parroquias, movimientos, escuelas— comprendan que somos un pueblo vocacionado. Todos tenemos un llamado: a la vida, a la fe y a un camino específico de servicio”, remarca el padre David.
Acompañamiento integral: humano y espiritual
Cada uno de los jóvenes que participa en las convivencias o asambleas vocacionales recibe un seguimiento personalizado. “Se les brinda un proceso humano y espiritual que permita discernir con libertad su vocación”, explicó el padre Guerra. Parte de esta labor incluye el acompañamiento en su vida de oración mediante espacios como la adoración eucarística, la oración personal, comunitaria, el rezo del Santo Rosario y la práctica de la Lectio Divina.
“En cada encuentro se les presenta una herramienta espiritual diferente, que se integra a lo que llamamos mochila vocacional, una serie de prácticas que les ayuda a relacionarse con Dios y mantener un diálogo constante con Él”, expone el sacerdote. Este conjunto de prácticas busca fortalecer la vida interior del joven para que pueda escuchar con mayor claridad la voz del Señor en el silencio de su corazón. “Queremos que cada joven, al salir de estos encuentros, tenga elementos que le permitan, en medio de su vida diaria, discernir, madurar y responder generosamente a ese llamado que Dios les hace”.

Un itinerario ya en marcha: actividades realizadas en 2025
Durante el primer semestre del año, la Pastoral Vocacional ha realizado cuatro convivencias vocacionales en febrero, marzo, abril y mayo. Por motivo de la agenda diocesana, la convivencia prevista para junio ha sido reprogramada para el 26 de julio.
Para el segundo semestre de 2025, se prevé la realización de convivencias vocacionales en julio, agosto, septiembre y octubre, así como el Preseminario, que tendrá lugar del 25 al 28 de noviembre.
Entre los frutos esperados, el Pbro. David destacó que “el principal fruto es que los jóvenes descubran con mayor claridad el llamado que Dios les hace y se animen a responder con generosidad, ya sea al matrimonio, a la vida religiosa o al sacerdocio ministerial”.
El nuevo plan pastoral contempla que cada parroquia designe tres promotores vocacionales laicos. Estos trabajan en conjunto con un sacerdote responsable en cada vicaría. “Todo está siendo coordinado desde la Pastoral Vocacional central, en comunión con los párrocos y los encargados vicariales”, precisó el presbítero.
“Queremos vocacionalizar todo el quehacer pastoral de la diócesis”, afirmó que se busca que familias, escuelas y movimientos eclesiales asuman el compromiso de mostrar que todos tenemos una vocación. “La vocación no es solo para sacerdotes o religiosas. Todos tenemos la vocación a la vida, a la fe y a la misión”, enfatizó.

Además, la pastoral mantiene activo su programa radial “Ven y sígueme” por Radio Reina de la Paz 93.3 FM, en el cual abordan diferentes temáticas, resolviendo interrogantes en torno a los temas vocacionales junto con publicaciones constantes en redes sociales y convivencias con seminaristas, como la Convivencia del Buen Pastor.
Mensaje a los jóvenes: No tengan miedo
A quienes sienten el llamado, pero no se atreven a dar el paso, el padre David dice: “Esta es una aventura de la que no se van a arrepentir si es el camino que Dios les ha dado. Si tienen dudas, acérquense a las convivencias vocacionales. Escuchen, pregunten, oren… y luego tomen una decisión libre y en comunión con Dios”.
Concluyó con un llamado esperanzador: “Les animo a los jóvenes a no tener miedo, a detenerse, a escuchar dentro de ustedes mismos y preguntarle a Dios qué sueña para ustedes. Esta es una aventura de la cual no se van a arrepentir”, expresó citando las palabras del Papa Francisco y del Papa León XIV.
Redacción: Elizabeth Ponce.
LA PASTORAL VOCACIONAL, ALMA DE LA EVANGELIZACIÓN EN LA DIÓCESIS DE SAN MIGUEL