Una fiesta de la Iglesia universal, mediante la cual se conmemora la Venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles, cincuenta días después de la Resurrección de Jesucristo.
La venida del Espíritu Santo, Solemnidad de Pentecostés, es una de los grandes fiestas para la Iglesia Católica, debido a que en este día, el Espíritu Santo vino sobre la Iglesia de una forma muy especial, trayendo una esperanza renovada y fuerza para el anuncio del Evangelio.
El Espíritu Santo, es la tercera persona de la Santísima Trinidad. Es Verdadero Dios como lo son el Padre y el Hijo. Es el Amor del Padre y el Hijo El Espíritu. Recibe una misma adoración y gloria.
Es el que crea en nosotros un corazón nuevo, para que acojamos la Palabra de Dios, la meditemos y la interioricemos. Nos ayuda a descubrir sus inagotables riquezas y nos da la fortaleza en los momentos que más lo necesitamos.
Jesús, cuando hace la promesa a sus discípulos sobre la Venida del Espíritu Santo, le llama el “Paráclito”, (abogado).”Paráclito” se traduce habitualmente como “Consolador”.
Pentecostés significa 50, se le llamaba anteriormente como “Fiesta de las semanas” porque se celebraba 7 semanas después del Domingo de Resurrección.
Pentecostés marca el final de la temporada de Pascua, en él, los católicos celebramos la efusión del Espíritu Santo sobre los Apóstoles, que dio origen al nacimiento de la Iglesia.
50 días después de la resurrección de Jesús (y 10 días después de su Ascensión), los apóstoles estaban reunidos, confundido y contemplando su propósito y su futura misión.
El libro de los Hechos de los Apóstoles nos narra cómo fue el episodio de la llegada del Espíritu Santo:
“De pronto, vino del cielo un ruido, semejante a una fuerte ráfaga de viento, que resonó en toda la casa donde se encontraban. Entonces vieron aparecer unas lenguas como de fuego, que descendieron por separado sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en distintas lenguas, según el Espíritu les permitía expresarse” (Hechos 2,2-4)
Simbología del Espíritu Santo
La Aparición del Espíritu Santo estuvo marcada por dos grandes prodigios que hicieron llenar de temor a los Apóstoles: el viento y el fuego
El Fuego: siempre fue tenido como símbolo de purificación, de calor y de luz. Purifica e ilumina. En las Sagradas Escrituras, los símbolos de “Viento” y “Fuego” se utilizan para señalar la presencia de Dios, porque estos elementos tienen una fuerza irresistible.
El Viento: empuja, refresca, da vida, siempre dinámico, invisible, pero actuando. Es una de las fuerzas de Dios que obra en nuestra salvación.
Lenguas como llamaradas, fuego que penetra donde quiera. Nada se le resiste. Destruye impurezas.
El Señor, en su gran misterio de amor y de salvación, no pudo escoger otros símbolos mejores para representar al Espíritu Santo.
Oración al Espíritu Santo
Espíritu de sabiduría y de inteligencia, ilumina nuestras mentes para percibir los misterios del universo en relación con la eternidad.
Espíritu de consejo y de fortaleza, guíanos con firmeza en nuestra decisión bautismal de seguir el camino del amor de Jesús.
Espíritu de conocimiento y reverencia, ayúdanos a ver el valor duradero de la justicia y la misericordia en nuestras relaciones cotidianas con los demás.
Que podamos respetar la vida mientras trabajamos para resolver los problemas de la familia y la nación, la economía y la ecología.
Espíritu Santo de Dios, despierta nuestra fe, la esperanza y el amor. Llena nuestras vidas con asombro y admiración con tu presencia que penetra toda la creación.
Amén
Pentecostés: la Venida del Espíritu Santo.