
El Papa Francisco , al terminar el Jubileo de la Misericordia, animó a la Iglesia a poner más en el centro de su vida la Sagrada Escritura. El domingo de la Palabra de Dios, surge como respuesta al pueblo de Dios. Como una oportunidad, para que cada comunidad en este domingo renueve su compromiso en favor de la difusión, del conocimiento y la profundización en su Palabra.
A través de la Carta Apostólica “Aperuit Illis” en forma de “Motu Proprio”, Francisco, instituyó el Domingo de la Palabra de Dios. Como una iniciativa pastoral, donde los creyentes “reaviven su responsabilidad en el conocimiento de la Sagrada Escritura y mantenerla viva mediante un trabajo permanente de comprensión y transmisión, capaz de dar sentido a la vida en la Iglesia y ayudar en las diversas necesidades”.
San Jerónimo, traductor de la Biblia, tuvo un gran amor a la Palabra de Dios. Poniéndose a la escucha, encontró a sí mismo el rostro de Dios y de los hermanos. Él mismo asegura, que la Biblia es el instrumento “con el que Dios habla a los fieles cada día” (Epístola CXXXIII. 13).
La Palabra de Dios representa el comienzo de la historia de la Salvación que Dios hace con nosotros e ilumina nuestros pasos en la vida. La Palabra de Dios es sustento, firmeza en la fe y alimento del alma.
Con ocasión del próximo Domingo de la Palabra de Dios, el Santo Padre presidirá una Misa en el Vaticano el 22 de enero, en la que conferirá también a diez personas los ministerios laicales de lectores y catequistas.

En el logo de los Domingos de la Palabra de Dios están representados:
- Los discípulos de Emaús que, tras la muerte del Maestro, caminan desesperanzados: Cleofás y, siguiendo a algunos exegetas, el ícono representa a la esposa de Cleofás (cf. Lc 24,13-35).
- El Resucitado en el centro, tiene en sus manos el “pergamino del Libro”, es decir, la Sagrada Escritura que se cumple en su persona.
Los discípulos caminan a cada lado de Jesús, ambos tienen la mirada puesta en el Señor. Las manos de la mujer señalan a Cristo y a la Palabra, indicando que Él es el cumplimiento de las promesas del Primer Testamento. Las manos de Cleofás indican el camino que los discípulos deben recorrer para llevar a todos la buena nueva del Evangelio.
El bastón del discípulo es delgado, indicando la fragilidad. El color amarillo es signo de la luz de la Palabra de ´´´´´Dios y, la estrella, de la evangelización. Los pies del Resucitado significan que Él comparte los pasos del hombre y lo guía en la dirección correcta.
Domingo de la Palabra de Dios – 22 ENERO 2023