El segundo domingo de Pascua y último de la Octava Pascual, se celebra la Fiesta de la Divina Misericordia, en este 2024, es el 7 de abril. Te invitamos a conocer más sobre la devoción.
En el año 2000, San Juan Pablo II canonizó a Santa Faustina y durante la ceremonia señaló: “Es importante que acojamos íntegramente el mensaje que nos transmite la palabra de Dios en este segundo domingo de Pascua, que a partir de ahora en toda la Iglesia se designará con el nombre de ‘Domingo de la Divina Misericordia’”. (Homilía, 30 de Abril, 2000).
Jesús se le apareció a la religiosa polaca Santa María Faustina Kowalska (1905-1938) y le pidió dar a conocer la misericordia divina a través de tres medios:
a) La imagen con la inscripción “Jesús, en Ti confío”.
Dijo Jesús: “Prometo que el alma que venere esta imagen no perecerá”. (Diario de Santa Faustina #48).
b) La fiesta de la Divina Misericordia, el Segundo Domingo de Pascua (este año el 7 de abril).
Dijo Jesús: “Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores… El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas.” (Ídem, #699).
c) La oración que Él le dictó: “Coronilla de la Divina Misericordia”.
Gracias extraordinarias
Jesús dijo: “Oh, qué gracias más grandes concederé a las almas que recen esta Coronilla; las entrañas de Mi misericordia se enternecen por quienes rezan esta Coronilla” (Ídem #848).
Dijo: “Hasta el pecador más empedernido, si reza esta Coronilla una sola vez, recibirá la gracia de Mi misericordia infinita…deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en Mi misericordia” (Ídem #687).
La Coronilla de la Misericordia
Jesús se la enseñó así a Santa Faustina:
Se reza con un Rosario común, del modo siguiente:
Primero rezarás una vez el Padre nuestro, el Ave María y el Credo.
Después, en las cuentas correspondientes al Padre nuestro, dirás las siguientes palabras: ‘Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero’.
En las cuentas del Ave María, dirás las siguientes palabras: ‘Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero’.
Para terminar, dirás tres veces estas palabras: ‘Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten misericordia de nosotros y del mundo entero’…” (ïdem #476).
Fiesta de la Misericordia, refugio y amparo para todas las almas.