Los Obispos de la Conferencia Episcopal de El Salvador (CEDES), reunidos en su Asamblea ordinaria, expresaron a través un comunicado, emitido el domingo 21 de julio, las preocupaciones que aquejan, relativas al fenómeno migratorio que ha tomado impulso en América Latina.
A continuación el mensaje:
“LOS MIGRANTES SON ANTE TODO SERES HUMANOS”
MENSAJE DE LA CEDES SOBRE NUESTROS HERMANOS MIGRANTES
Los obispos de El Salvador reunidos en nuestra Asamblea ordinaria les saludamos a todos, deseándoles todo bien en Cristo.
- Todos nos hemos conmovido al contemplar la fotografía de Valeria, una niña salvadoreña de menos de dos años, y de Oscar, su padre, que perecieron ahogados al intentar cruzar el Río Bravo para llegar a los Estados Unidos. Es una imagen que consterno al mundo y puso en evidencia el doloroso drama de la migración. Es un grito silencioso y desgarrador que nos conmueve profundamente. Contemplar esa imagen sacude nuestras conciencias para que no caigamos en la “globalización de la indiferencia”. Ese joven padre y su pequeña hija simbolizan a innumerables hermanas y hermanos nuestros que sufren situaciones inhumanas e incluso, en ocasiones, la muerte.
- El Papa Francisco afirma con dolor: “En este escenario, las personas migrantes, refugiadas, desplazadas y las víctimas de la trata, se han convertido en emblema de la exclusión” (Mensaje para la Jornada del Migrante y del Refugiado 2019).
Nos preocupa la gravísima situación que viven actualmente cientos de miles de compatriotas en los Estados Unidos. Pensamos, en primer lugar, en los que están en peligro de ser expulsados y los que se encuentran en la frontera de ese país en condiciones deplorables. Expresamos nuestra cercanía y solidaridad con nuestros hermanos migrantes que sufren ante esta situación de injusta persecución violatoria de sus derechos. Nos duele el sufrimiento de todos ellos, especialmente, el llanto de los niños en los centros de detención, separados de sus padres.
- Dios mismo ha mandado: “No violarás el derecho del migrante” (Dt 24, 17). Jesús afirma al hablar del juicio final: “Fui extranjero y me acogiste” (Mt 25, 45). Él también fue un migrante. El evangelista Mateo muestra la infancia de Jesús y a la Sagrada Familia bajo una primera y cruenta experiencia de migración forzada (cf Mt 2, 14-15).
- Animamos a nuestros compatriotas que ven en peligro su permanencia en Estados Unidos a comprometerse en su propia lucha, a no permanecer solamente expectantes. La participación activa de cada uno de ustedes con las instituciones que defienden sus derechos es fundamental. Invoquemos constantemente a Dios y unidos a Él luchemos todos por la defensa de sus derechos.
- A manera de conclusiones:
- Nos preocupa profundamente la situación de los niños y niñas que sufren en los lugares de detención todo tipo de maltrato y, sobre todo, la separación de sus padres. Esta situación puede causar daños psicológicos irreparables.
- Deseamos que las familias se fortalezcan y que puedan realizar aquí sus sueños y proyectos. A los que viven lejos de su patria les pedimos que no olviden sus raíces, que conserven sus valores espirituales y su fe en el Dios de la vida y de la paz.
- Estamos al inicio de un nuevo periodo presidencial y deseamos que las promesas que se han formulado en favor de la población más vulnerable, se concreten a la mayor brevedad.
- Para solucionar el gravísimo problema de la migración forzada es necesario combatir frontalmente las causas, entre otras destacamos: la violencia, la falta de oportunidades de superación y la corrupción, que ha tenido un impacto gravísimo, al desviar para fines inconfesables, recursos que deberían haber sido utilizados para mejorar la situación de muchos compatriotas sumidos en la extrema pobreza.
- Nuestro país debe ser sensible y justo, velando siempre por el bien del migrante. De ningún modo puede violar los derechos de los migrantes que llegan a nuestras fronteras impidiendo su paso en nuestro territorio.
Que Dios bendiga a quienes les dan la mano a los migrantes. Que por mediación de la Reina de la Paz y San Oscar Romero, Dios proteja a nuestros hermanos migrantes y nos bendiga a todos.
Dado en la Sede de la Conferencia Episcopal de El Salvador, en San Salvador, 21 de julio de 2019.
“Los migrantes son ante todo seres humanos”